Tipos de Fobia en Estudiantes
Fobia escolar
La fobia escolar se refiere al
rechazo prolongado que un niño experimenta a acudir a la escuela por algún tipo
de miedo relacionado con la situación escolar.
En la
fobia escolar se presentan dos tipos de variables:

Sucesos vitales
negativos, como enfermedad prolongada, ruptura
de la unión familiar, muerte de algún familiar, mascota, cambios de escuela, de
domicilio, y la muy conocida ansiedad de separación de los padres, que no es más que la negativa a
separarse de la madre y el miedo e inseguridad a perderla.
La fobia escolar, se manifiesta a través de tres sistemas de respuesta (Méndez y Maciá, 1990):
La fobia escolar, se manifiesta a través de tres sistemas de respuesta (Méndez y Maciá, 1990):
1. El motor o comportamental: en el cual el niño evita ir a la escuela o se escapa de ella. Las
conductas componentes pueden aparecer a través de una conducta negativista: no
se viste o lo hace muy lentamente entreteniéndose constantemente, no desayuna,
no encuentra los útiles escolares. Si se le obliga a ir se vuelve a casa, o no
asiste a clase, deambulando por el recinto escolar o escapándose. Si se le
lleva a la fuerza, grita, llora, patalea, tiembla, se agarra de la madre o del
padre en el momento de la separación. Y si, por el control de padres y
maestros, ha de permanecer en clase, su conducta suele ser altamente
perturbadora, bien de una forma activa o pasiva.
2. El psicofisiológico: se pone de manifiesto a través de la activación del sistema nervioso
autónomo en su rama simpática, dado por: sudoración de las manos o de todo el
cuerpo, tensión muscular elevada, sensaciones de mareo o desmayo, dolores de
cabeza, dolores de estómago, vómitos, diarrea, necesidad constante de orinar,
taquicardia, etc. y es frecuente encontrar alteraciones de la alimentación y
del sueño.
3.
El cognitivo-experimental: el niño manifiesta su negativa a ir
al colegio. Y muy especialmente se dan una serie de pensamientos e imágenes
negativos sobre situaciones escolares. El niño suele anticipar una serie de
consecuencias negativas o desfavorables tendiendo a evaluar negativamente las
propias capacidades o situaciones, tales como: le van a preguntar la lección y
no sabrá responder, con lo que sacará malas notas, el examen será muy difícil,
hará el ridículo al hablar en público, se va a quedar en blanco en plena
exposición, etc. Todo esto le provoca tal grado de ansiedad que termina por
suceder en la realidad, ya que la ansiedad interfiere en los procesos de
atención, concentración y memoria.
La
timidez en el Sistema Universitario
Desde
el 1990 se ha estado trabajando en consejería individual y grupal en diferentes
escenarios de trabajo tales como el educativo, de rehabilitación vocacional y
en organizaciones no gubernamentales de base comunitaria. Esta experiencia
laboral ha permitido observar conductas que pueden afectar el desempeño o
rendimiento académico así como la vida personal y social de los estudiantes
universitarios.
Algunas
de estas conductas son: ausencias frecuentes, dificultad en el manejo del
tiempo, carencia de hábitos de estudios, baja autoestima y la timidez. Esta
última, muchas veces pasa desapercibida por algunos miembros del grupo o de la
comunidad, viéndose como algo “normal” o cotidiano. La realidad es que la
persona tímida manifiesta un tipo de conducta que afecta tanto su desarrollo
académico como personal.
Según
el National Institute for Mental Health en Estados Unidos y el Instituto Gubel
de Argentina (2002), la timidez, es una característica que casi todos tenemos y
de alguna manera disimulamos.
Es
una reacción que consiste en la sensación de impotencia para interactuar en
presencia de otras personas, es un temor casi permanente a hacer o decir algo,
relacionado con la falta de confianza en sí mismo y también en los demás. La
persona tímida suele ser demasiado cautelosa, no se arriesga a equivocarse, a
ser rechazada o a resultar inadecuada, sobre todo tiende a creer que no tiene
mucho valor o capacidad ante determinadas situaciones, aunque la realidad
muchas veces le demuestre lo contrario.
En
ocasiones la timidez suele confundirse fácilmente con fobia social, pero hay
que clarificar que no es lo mismo.
Todos
tenemos miedos a algunas cosas o situaciones tales como hablar con alguien de
mayor jerarquía, a la oscuridad, a las tormentas, a los animales o cualquier
otro aspecto que le produzca este sentimiento. Pero cuando el temor llega a tal
punto que interfiere en la vida cotidiana y nos priva de disfrutar cosas que
podemos hacer con facilidad, es ahí cuando la timidez y los temores propios se
convierten en fobias. GRIOT Página 5 Algunos de los criterios que establece el
DSM-IV TR (2000) para la fobia social son: un miedo persistente y acusado a
situaciones sociales o actuaciones en público por temor a que resulten
embarazosas.
La
exposición a estos estímulos produce casi invariablemente una respuesta
inmediata de ansiedad. Dicha respuesta puede tomar la forma de una crisis de
angustia situacional. Una de las diferencias entre la timidez y fobia social o
ansiedad social radica en que las personas tímidas pueden sentirse muy
incomodas cuando están con otros, pero no sienten una profunda ansiedad al
anticiparse mentalmente a una situación social y su miedo a afrontar ciertas
situaciones no las limita y normalmente, aunque no lo pasen del todo bien las
afrontan.
En
cambio, las personas con fobia social en algunos casos pueden incluso no ser
tímidas, pero en ciertas situaciones llegan a sentir altos grados de ansiedad. Durante estos últimos dieciséis
años me he desempeñado como consejero en los escenarios de trabajos señalados,
lo que me ha permitido observar conductas similares en muchos estudiantes
universitarios y que convergen en un constructo que he llamado el triángulo del
tímido.
Este
triángulo consiste en tres conductas, a saber: la madriguera, la mirada oculta
y la no presencia.
La madriguera se manifiesta cuando los estudiantes generalmente son
los primeros en llegar al salón de clase o alguna actividad social o cultural y
se posicionan al final del lugar o en los asientos de atrás. Esta ubicación a
veces les permite no estar visibles, accesibles y hasta puedan en ocasiones
pasar desapercibidos. En el hogar o en la comunidad universitaria, generalmente
prefieren estar en lugares donde la socialización sea lo más mínima posible.
Por
último, está la no presencia. Consiste en
una conducta de evitar realizar actividades comunes tales como: comer, hablar,
escribir e interactuar con otras personas. Esta persona prefiere escaparse
mentalmente del lugar donde se encuentra, recreándose en alguna situación que
nada tiene que ver con lo que le rodea GRIOT Página 6 en el momento.
En muchas ocasiones la persona
tímida sufre mucho y es necesario ayudarle en dos áreas fundamentales que
afectan su funcionamiento.
Estas son: su autoestima y la toma de
decisiones. La autoestima es una base sólida de la personalidad y si esta se
afecta, el desarrollo de sus sueños, metas y expectativas de su carrera de vida
podrían verse alteradas.
Branden (1999) menciona que la autoestima es
el derecho a triunfar y a ser felices; es el sentimiento de ser respetables, de
ser dignos y de tener derecho a afirmar las necesidades y carencias. Es lo que
creemos que tenemos, nuestras capacidades, nuestro potencial y la forma en que
nos enfrentamos a los desafíos de la vida. Su base no solamente está en nuestra
forma de ser, sino también en nuestras experiencias a lo largo de la vida. La
autoestima se vincula con lo que nos ha pasado, las relaciones que hemos tenido
con los demás (familia, amigos, compañeros de estudio, noviazgos, etc.) y las
sensaciones que hemos experimentado al relacionarnos con ellos.
Esto es de gran importancia debido
a que si la persona tiene un bajo nivel de autoestima se puede afectar lo que
Branden (1995) señala como los seis pilares que son necesarios para tener un
alto nivel de autoestima.
De estar impactadas estas áreas la
persona está propensa a desarrollar algunas características de la timidez. Estos pilares son los siguientes:
1. Auto alertamiento: Es la práctica
de vivir reflexiva y conscientemente. Intentar ser consciente de todo lo que
tiene que ver con nuestras acciones, propósitos, valores y metas al máximo de
nuestras capacidades y comportarnos de acuerdo a lo que vemos y conocemos.
2. Auto aceptación: Rehusar, estar en una
relación adversaria consigo mismo. Mientras que la autoestima es algo que
experimentamos, la aceptación de sí mismo es algo que hacemos. Aceptarse a si
mismo es estar de mi lado, estar para mí mismo.
3. Auto responsabilidad: Es entender que la
persona es personalmente responsable por las decisiones, acciones y la
obtención de metas.
4. Auto afirmación: Honrar las
necesidades, valores y expresarlos abiertamente. Respetar mis deseos,
necesidades y valores y buscar su forma de expresión adecuada en la realidad.
Esto es equivalente a una negativa de ser falso para agradar a los demás.
5. Vivir con un propósito: Usar las
capacidades para tener metas valiosas y alcanzarlas. Es vivir con un alto nivel
de conciencia y controlar nuestra conducta para que esta pueda concordar con
las metas que nos establecemos. Integridad personal; comportarse en modos que
concuerdan con el conocimiento y el juicio valorativo personal. Correspondencia
entre las palabras y el comportamiento.
6. Integridad personal: Comportarse
en modos que concuerdan con el cono- cimiento y el juicio valorativo personal.
Correspondencia entre las palabras y el comportamiento.