Todos podemos superar nuestros miedos
“Una pequeña historia que te ayudara a entender
que cualquiera puede superar una fobia social”
Hola, soy Gerardo
Baena y os voy a relatar en unas líneas los largos años de sufrimiento que pasé
a causa las enfermedades mentales.
En mi caso, mis
primeros recuerdos los tengo en la infancia, a partir de los 8 años sentía una
extrema sensibilidad a algunos estímulos y situaciones
en las que me sentía fuertemente
impactado y sobrecogido, eran momentos de la vida cotidiana pero que a mí no me
dejaban indiferente, y a los que no les daba más importancia porque pensaba que
a los demás les debía ocurrir igual que a mí.
En
la pre-adolescencia, sobre los 13 años y más adelante en la adolescencia 16, 17
años, esta situación se fue agrandando hasta tal punto de estar sufriendo
continuamente, las 24 horas. Estar en contacto con otras personas, aunque
fueran de mi misma edad me generaba cierta angustia y malestar, aunque no
siempre era así, con mis amigos más allegados estaba mucho mejor pero cuando
iba al colegio y posteriormente al instituto me costaba entablar conversación
con personas nuevas y especialmente si eran mujeres. En las clases al no
poderme concentrar, se generaban en mi fuertes emociones de odio y desprecio
hacia mí mismo. En mi cabeza se generaban infinidad de pensamientos y
cavilaciones sobre mi actitud hacia los demás que me hundían y me paralizaba.
Rehuía de los corrillos de chicos y chicas que se formaban antes de las clases
o después de éstas. Evitaba eventos festivos, excursiones durante el curso,
también estupendas chicas a quienes les interesaba. Estaba aislado de la
realidad.
Cada día era un
suplicio levantarme de la cama, sabía que tenía que enfrentarme a todo ello y
que esta tortura no acabaría hasta que llegara a casa y me metiera en la cama. Por esta razón, la mejor parte del día, para mí, era la
noche.
Por estos
sufrimientos incomprensibles y tan dolorosos el modo de vida que iba encauzando
era el aislamiento, evitar esas situaciones donde lo pasaba tan mal eran
necesarias para subsistir.
Comencé por no salir
con los amigos, prefiriendo quedarme en casa. Explique a los familiares más
allegados como me sentía y como me faltaban fuerzas para hacer una vida normal.
Nadie comprendía nada, le restaban importancia y me animaban a que me esforzara
a hacer lo que era propio de mi edad, pero no podía. La incomprensión de los
que más quieres aun te aísla más.
Así que con 19 años
comencé a buscar ayuda profesional, pasé por muchos profesionales con los que
realicé distintas terapias, pero ninguna me ayudó, parecía que no acertaban el
diagnostico. Al ultimo profesional al que acudí fue un psiquiatra de gran renombre
en Barcelona, allí estuve visitándome durante casi 4 años, me tomaba 13
pastillas diarias, y como no mejoraba optaron por varias sesiones con
electro-shock, pero no salí, me sentía igual o peor que el día que comencé el
tratamiento.
Así, desesperanzado,
me recluí en casa, estuve 9 meses en cama, sin salir nada más que para ir al
baño, muchos días era incapaz de comer solo y mi querida abuela me daba la
comida en la boca. Mis amigos venían a verme y no les dejaba pasar, no les
quería ver porque me sentía muerto, no tenía ningún sentido aquella vida para
mí y sin embargo debía seguir adelante. Y así pasé varios años, recluido en
casa, sin salir.
Como gran parte del
día dormía, durante la noche sintonizaba alguna emisora de radio y así solía
pasar el tiempo. En una de esas noches sintonicé una emisora que hacían un
programa de psicología y de lo que contaban me sentí identificado.
Después de escuchar
este canal durante un tiempo y sentirme identificado en muchas de las cosas que
explicaban decidí probar de nuevo mi suerte y me puse en contacto con este
centro.
El mismo día me
diagnosticaron muy acertadamente, tenía un TOC, fobia social y una depresión
muy severa, era un caso complicado.
En unos pocos meses
salí definitivamente del problema pudiendo hacer una vida normal como cualquier
persona, pude ir a la playa que, hacía años que no podía, salir con amistades,
tener pareja, conocer gente nueva, tener experiencia en
diferentes trabajos, y en definitiva poder realizarme como persona y ser feliz.
Porque de estos problemas se sale!
Desde entonces
siempre que he podido, he ayudado a otras personas que como yo lo están pasando
mal. Si alguien necesita mi apoyo, comprensión o consejo o bien quiera
preguntarme cualquier cosa que crea que le pueda ayudar, en este centro le
facilitaran mis datos, sin problema alguno.
Todo problema
psicológico tiene solución, y se sale definitivamente. Solo tenemos que buscar
al especialista que nos pueda ayudar a salir y ponernos en marcha. Hay que
tener toda la esperanza de salir porque se puede...
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